La Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) informa que más de 8,5 millones de sudaneses se han visto obligados a huir de sus hogares en Sudán desde que estalló la guerra entre ejércitos rivales en abril. 

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Según la portavoz de la agencia, Olga Sarrado, al menos 1,8 millones de ellos han huido hacia países vecinos como Sudán del Sur, Chad, República Centroafricana, Egipto, Etiopía y Uganda.

«Sudán ha experimentado la destrucción casi total de su clase media urbana. Arquitectos, médicos, profesores, enfermeros, ingenieros y estudiantes lo han perdido todo», afirmó Sarrado.

«Las limitaciones de acceso, los riesgos de seguridad y los problemas logísticos están obstaculizando la respuesta humanitaria. Sin ingresos, y en medio de la interrupción de las entregas de ayuda y de las cosechas, la gente no puede conseguir alimentos, lo que hace advertir del empeoramiento del hambre y la malnutrición en algunas partes del país», añadió.

Reseñó que la guerra entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido y sus milicias ha causado estragos en la vida de la población, generando miedo y pérdida. Más de 13.000 personas han perdido la vida, miles han resultado heridas, y los ataques contra civiles y la violencia sexual y de género relacionada con el conflicto continúan.

«Los que cruzan las fronteras, en su mayoría mujeres y niños, llegan a zonas remotas con poco o nada y con necesidades desesperadas de alimentos, agua, refugio y atención médica. Muchas familias han sido separadas y llegan en apuros», dijo Sarrado.

«Los padres y los niños han sido testigos o han sufrido una violencia atroz, por lo que el apoyo psicosocial es una prioridad», añadió.

La portavoz de la agencia advirtió de que, a pesar de la magnitud de la crisis, «la financiación sigue siendo críticamente baja».

La situación en Sudán del Sur es especialmente crítica, con más de 640.000 refugiados y un flujo diario de 1800 personas que llegan en busca de ayuda humanitaria. En Chad, el número de refugiados supera los 560.000, con más de 150.000 en condiciones precarias en zonas fronterizas debido a la escasez de fondos. En Etiopía, que ya acoge a una de las mayores poblaciones de refugiados de África, se ha registrado la llegada continua de nuevos refugiados, superando recientemente los 50.000.

Es necesario que la comunidad internacional se comprometa firmemente a apoyar a Sudán y a los países que acogen a los refugiados para garantizar que las personas obligadas a huir por la guerra puedan vivir con dignidad», instó Sarrado. 

Vale destacar que la situación de las mujeres y los niños es especialmente alarmante, ya que llegan a zonas remotas con necesidades desesperadas de alimentos, agua, refugio y atención médica. ACNUR advierte que a pesar de la magnitud de la crisis, la financiación sigue siendo críticamente baja, con solo el 7% de los fondos necesarios para el Plan Regional de Respuesta a los Refugiados para Sudán 2024 cubiertos hasta el momento.

ACNUR hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para que se comprometa firmemente a apoyar a Sudán y a los países que acogen a los refugiados, garantizando que estas personas puedan vivir con dignidad.

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